viernes, 4 de enero de 2013

Lo siniestro y el desencanto


Al Ministro Julio Alak
 
 
Viviana Taylor
 
 
 
Donde ustedes regaron la tierra

con lágrimas,

nosotros regamos alegría.

Donde ustedes arrancaron

gritos,

nosotros arrancamos

risas.

Donde ustedes sembraron

lo inefable y lo siniestro,

nosotros sembramos sueños.

Y allí, justo allí,

donde ustedes silenciaron voces,

nosotros celebramos la palabra.

Y el disenso.


Y ahora esas manos que impulsaban

las manos que torturaban;

esas manos que alentaban

las manos que amordazaban;

esas manos que arengaban

las manos que mataban;

esas manos que proyectaban

las manos que apropiaban;

esas manos que se abrieron

para arrebatarnos

los hijos y los bienes,

las vidas y la Patria.

Esas mismas manos cómplices

eligieron solapar

la Justicia descorriendo su velo

sobre la maldad agazapada,

la vileza

y el desasosiego.

Las mismas manos

que ahora impulsan

la indignación impostada,

el dolor mal simulado.


Son resentimiento y desencanto.


Pero nosotros estamos aquí

regando la tierra con alegría,

arrancando risas,

sembrando sueños,

celebrando la palabra.



Las lágrimas,

los gritos arrancados,

lo inefable y lo siniestro,

el silencio

han asistido al parto

de nuestra alegría,

de cada risa,

de los sueños,

de la palabra.


Con cada golpe de mazo

sus manos nos forjaron.

Los espanta lo que somos.

No es lo que pretendieron.
 
Viviana Taylor