Viviana Taylor
Después de haber participado como
presidenta o vice en varias mesas de las últimas elecciones, ayer me tocó por
primera vez hacerlo como fiscal, en una mesa en el centro de la ciudad de San
Miguel, en el Conurbano Bonaerense.
Afortunadamente, las autoridades
de la mesa que me tocó fiscalizar y las fiscales con que compartí el día
estaban en sintonía con generar un buen clima de trabajo compartido, evitar
tensiones y cuidar sin presionar ni obstaculizar el trabajo, de modo que pudimos
concentrarnos en hacer lo que debíamos, sin perder el tiempo en resolver
cuestiones menores que nada aportaban. Les sorprendería saber (si nunca
participaron de una mesa de elecciones) las razones por las que suelen
generarse las tensiones, y las estrategias a las que algunos apelan para
motivar escozores y manipular a los otros para que pongan los ojos donde no se
debe, distrayéndolos de donde sí deberían posarlos. Afortunadamente, como dije,
no fue este el caso.
Y como –según anda cantando por
ahí un catalán- uno sólo es lo que es y
anda siempre con lo puesto, finalmente terminé no sólo cumpliendo con
aquello para lo que se me había convocado, sino que volví a poner mis ojos
sobre todo y todos, y pude observar unas cuántas otras cosillas que voy a compartir
por acá con ustedes.
No son revelaciones. No son
interpretaciones. Son apenas el relato de las cosas que llamaron mi atención
por uno u otro motivo, y alguna pregunta a partir de ellas como para seguir
pensando.
Algo que me llamó muchísimo la atención
fue la alta proporción del corte de boleta. Ya se podía anticipar durante el
propio desarrollo de la votación que muchos lo harían, porque desde que las
listas son mixtas es común ver llegar a toda una familia junta, lo que me
posibilitó ver en varias ocasiones una dinámica que en otras elecciones era
mucho más acotada: el gesto de pasarse subrepticiamente la tijera de bolsillo a
bolsillo los delataba. Sin embargo, hay algo que nunca sale en las
estadísticas, y es el modo en que se compone la votación de quienes realizan el
corte.
Por lo general, en los análisis
–que se hacen sobre los resultados de los conteos- se infiere que si diferentes
agrupaciones o partidos tuvieron más votos en una categoría que en otra,
entonces es porque los votos en la categoría disminuída de unos migraron hacia
la categoría más votada de otros. Pero, cuando se participa del recuento de los
votos, se percibe con claridad que las cosas no son tan claras ni directas.
En mi mesa pude observar (y tomar
nota durante el conteo de votos) algunas combinaciones que son dignas de ser
analizadas, aunque las estadísticas probablemente nunca den cuenta de ellas:
v Muchos
de los que eligieron la lista de Sergio Massa para Diputados Nacionales,
optaron por votarlo a Aldo Rico como Concejal. No fueron pocos: constituyeron
el 43% de los votantes de Rico. Asimismo, disminuyeron en un 12,95% los votos
que habría recibido Pablo De la Torre (que compartía lista con Massa) si no se
hubiese efectuado ese corte.
v Si el
corte anterior se analiza en sentido contrario, podríamos decir que apenas
el 36,58% de quienes votaron a Aldo Rico
como Concejal lo hicieron también por Eduardo Amadeo, quien encabezaba la lista
de Diputados Nacionales. Esta segunda lectura es la más pertinente para un 10%
de los casos de corte, que son en los que se separó la lista de candidatos a
Diputados Nacionales pero se dejó la de Legisladores Provinciales junto con la
de Concejales. Sin embargo, me pregunto si este corte puede leerse
efectivamente como tal, o no habrá resultado de una opción que concretaron los
votantes pero que promovió el propio Amadeo, al anunciar que se bajaría de su
lista para apoyar la de Massa, aunque sin haberlo efectivizado. Quizás, parte
de quienes cortaron esta boleta lo hicieron con la convicción de que estaban
reproduciendo con este corte la voluntad de Amadeo de conformar otro espacio, y
no éste en cuya lista aparecía. Quizás otros castigaron la ambivalencia de
pronunciarse en favor de un cambio sin producirlo en la realidad, dando la
apariencia de buscar en Massa un plan de respaldo en caso de no acceder al porcentaje
mínimo para presentarse en octubre. Y pudo haber quienes, quizás, se sintieran
confundidos al ver una lista que creyeron que ya no existía con esa
conformación, y fueron a lo seguro. Cómo saberlo… para poder tener alguna
certeza deberíamos haber podido identificar a esos votantes y preguntarles.
Podríamos, incluso, pensar que pueden existir quienes identifiquen el discurso
y el estilo de gestión de Massa con el discurso y el estilo de gestión de Rico,
y los sientan más afines que Pablo De la Torre, quien llega a la política de la
mano de su hermano Joaquín (ex intendente K devenido massista) desde la
subsecretaría de Salud. Pero sólo nos queda la especulación sobre lo incierto
de las motivaciones de los electores. Tampoco sabemos si el corte lo benefició
a Rico o lo perjudicó a Amadeo. Lo único cierto es que se abren interesantes
hipótesis para el análisis de las relaciones entre la política local y su
contexto provincial y nacional.
v Otro 10%
de los votos obtenidos en esta mesa por Rico, provinieron del corte de la
boleta que encabeza Francisco De Narváez. En este caso, ese porcentaje
representa una pérdida del 20% de los votos que Zilocchi habría tenido si,
quienes votaron a Francisco De Narváez lo hubiesen hecho con lista completa. No
le habrían alcanzado, de todos modos, para llegar al tercer lugar en esta mesa,
pero la suma de votos ganados o perdidos cobra importancia exponencial cuando
la tendencia se repite en otras mesas. Y, dadas las características de estas elecciones,
todo punto porcentual es importante a efectos de la percepción tanto de los
candidatos como de los votantes, variable de importancia nada desdeñable al
encarar las estrategias de campaña electoral de cara a octubre.
v El
porcentaje que más me sorprendió fue también el más pequeño: el 5% de la
composición de los votos de Rico provino del corte de boleta por combinación
con el FPV. Por alguna razón, estos electores decidieron apoyar la continuidad
del proyecto del kirchnerismo, tanto a nivel nacional como provincial, pero
eligieron a nivel local a un político cuya gestión es conocida –fue intendente
de San Miguel en dos períodos consecutivos- y cuyo discurso y actos de gobierno
en nada se emparentan al que se sostiene desde el kirchnerismo. La única
lectura posible que se me ocurre es la de un pedido concreto a los gobiernos
nacional y provincial respecto de lo que es parte del núcleo duro de su
propuesta: seguridad. Para quienes vivimos en San Miguel –y la tenemos caminada- sabemos que esto es mera percepción: la
gestión de Rico ha estado signada por un discurso sobre la seguridad que no se
verificó en la realidad de la vida ciudadana más que a través de acciones de la
forma más bastardeada de su acepción: vigilancia y represión. Pero, discursos
son discursos, y sospecho que en este caso deben haber pesado. Este corte le
disminuyó en un 6,25% el caudal de votos a Bruno Baschetti, y aunque no le
habrían alcanzado para acceder al 2º lugar, lo habrían dejado a menos del 13%
de votos por debajo de Rico, y no al 22% que los separó en esta mesa. Todos los
puntos/votos cuentan.
v Sintetizando,
la composición de votos que obtuvo Aldo Rico es de lo más heterogénea, y lo
ubicó en el segundo lugar en esta mesa: provino de la combinación por corte de
boleta en un 43% con el massismo, en un 10% con el denarvaísmo, y en un 5% con
el kirchnerismo. Sólo el 42% de los votos corresponden a su lista, Compromiso
Federal, encabezada por Eduardo Amadeo. La lista interna encabezada localmente
por Delina Coria no obtuvo ningún voto en la mesa que fiscalicé.
v La
composición de votos que logró Rico no sólo le permitió ubicarse en el segundo
lugar en esta mesa, sino que distorsionó el posicionamiento de las otras
fuerzas políticas, en relación con sus cargos para Diputados Nacionales y
Legisladores Provinciales. Una distorsión que debería ser leída por todos los
partidos y fuerzas políticas como una interpelación: hay algo del orden de la
sensación de seguridad y la percepción de inseguridad que atraviesa a ciudadanos
con diferentes perspectivas sobre el Estado y sus funciones, pero que acuerdan
con querer una gestión más dirigida a la atención de este problema. O que,
quizás, necesitan una mejor comunicación sobre las acciones que se están
desarrollando y los resultados que se están obteniendo.
Ubicación
según cantidad de votos
|
Diputados
Nacionales
Legisladores
Provinciales
|
Concejales
y
Consejeros
Escolares
|
1º
|
Frente
Renovador - Massa
|
Frente
Renovador – De la Torre
|
2º
|
Frente
para la Victoria - Insaurralde
|
Compromiso
Federal - Rico
|
3º
|
Frente
Progresista Cívico y Social - Stolbizer
|
Frente
para la Victoria - Baschetti
|
4º
|
Unidos
por la Libertad y el Trabajo – De Narváez
|
Unidos
por la Libertad y el Trabajo - Zilocchi
|
v Bruno
Baschetti perdió otro 6,25% de sus votos por el corte de boleta en favor de
Pablo De la Torre, candidato a Concejal por el Frente Renovador de Sergio
Massa. Dado que este porcentaje no tiene demasiada fuerza de impacto sobre los
votos obtenidos por De la Torre (apenas el 1,65% -acotado porcentaje, pero suficiente para que un candidato pueda seguir
en carrera para las elecciones de octubre-), sólo podemos interpretarlo
desde el corte a la sección encabezada por de Bruno Baschetti, aunque las
hipótesis que se abren también pueden ser varias: los hermanos De la Torre son
conocidos en San Miguel, vienen de dos períodos de gestión local en los que
para la percepción social –entre otras cosas- se ha ordenado el desastre
económico y financiero dejado por Zilocchi, y de la mano del kirchnerismo se ha
promovido un crecimiento de la ciudad desde lo edilicio y comercial, con un
fuerte impacto en la población y su dinámica económica. Baschetti, en cambio,
todavía no es una cara suficientemente conocida en San Miguel: presumo que su
desafío de aquí a octubre es instalarse ante los vecinos como un continuador
del proyecto nacional y popular, con un conocimiento claro de los problemas de
la ciudad y sus habitantes, y con una fuerte impronta centrada en la gestión.
Si bien en estas elecciones no se eligen cargos ejecutivos, los votantes –sobre
todo para los niveles de gestión local- solemos priorizar una visión clara
sobre los problemas reales y la manera de enfrentarlos aún para los cargos
legislativos: no se puede legislar sobre la nada, ni se puede legislar en el
vacío. Creo que este es el salto que Baschetti todavía necesita dar: pasar de
la acción a la comunicación efectiva sobre ella. Este período entre elecciones
abre un espacio para trabajar sobre eso: los porcentajes de las próximas elecciones
dirán cómo le fue.
v De los
votos obtenidos por el Frente para la Victoria, los porcentajes de aporte de
Concejales correspondieron en un 62,745% a Baschetti; 10% Claudio Pérez; 7,84%
Spitaliere; 5,88% Humberto Hernández, y casi un 4% Rico. Un poco más del 9,53% son
votos puros para Diputados Nacionales y Legisladores Provinciales, sin elección
de candidatos a Concejales ni Consejeros Escolares.
v El
Frente Progresista Cívico y Social se ubicó en el tercer lugar en esta mesa
para sus cargos de Diputados Nacionales y Legisladores Provinciales, apenas por
arriba del 10% de los votos totales. Los votos para cargos locales lo dejaron
en quinto lugar y se repartieron entre Ricardo Grahmann (que obtuvo el 5,26% de
los votos de la mesa) y Elías Aguirre (con el 3,86%). Algunos votantes optaron
por dejar la elección de Concejales en blanco. Si se sumaran los votos
correspondientes a las listas internas, habrían empatado en el cuarto lugar con
los votos obtenidos por Zilocchi.
v La única
lista que –en esta mesa- fue elegida completa en todos los casos, sin cortes ni
combinaciones con otras, fue la del Frente de Izquierda y de los Trabajadores,
encabezada por Pitrola como candidato a Diputado Nacional, y a nivel local por
María Cortell Cubi como Concejal. Obtuvo el 4,56% de los votos.
v Las
listas menos elegidas en esta mesa fueron las de Gente en Acción, Avanzada
Socialista-MAS, y el Partido Lealtad y Dignidad de Buenos Aires, cada una de
ellas con el 0,35% de los votos en esta mesa. Les siguió Unión con Fe
encabezada por Momo Venegas con el 0,7%, de la cual la lista interna local
encabezada por Víctor Taussig obtuvo el 0,35% de los votos totales de la mesa.
v La única
agrupación política que no obtuvo ningún voto en esta mesa fue el Frente
Popular, Democráctico y Social.
v De los
votos nulos, los que más llamaron mi atención fueron los que específicamente lo
hicieron para concejales, mateniendo válidos los votos para Diputados
Nacionales y Legisladores Provinciales: en un caso juntaron las candidaturas de
Rico y Zilocchi, y en otros dos las de Rico, Zilocchi y Pablo De la Torre. Si
hubo allí algún mensaje, creo que cada uno puede interpretarlo a su gusto.
v En otros
dos casos, en uno se trató de un recorte periodístico (que la presidenta de la
mesa mostró pero no leyó, de modo que como fiscal no tuve acceso a él, aunque
sólo puedo decir que vi que se trataba de un recorte del diario Clarín), y en
otro de una carta dirigida a la Justicia Electoral (que no se leyó aunque la
presidenta y el presidente suplente comentaron a quién estaba dirigida y que
estaba firmada y con número de documento, aunque no revelaron la identidad del
firmante).
v En esta
mesa votó el 81,19% del padrón.
No todo fue tan serio, claro.
Vamos con unas perlitas.
Primera perlita: Dos personas
comunicaron que faltaban listas porque confundieron a los candidatos de la
Ciudad de Buenos Aires con los de la Provincia de Buenos Aires, y reclamaban
que estuviesen quienes querían votar. Por suerte, aceptaron rápidamente la
aclaración de la mesa.
Segunda perlita: Llega a votar una jovencita
de 16 años, con su papá literalmente pegado a su cuerpo. Cuando entrega el
documento y se le da el sobre, el padre pregunta si la puede acompañar.
Pensando que era una broma, la presidenta de mesa, riéndose, le dice que no,
que ya es grande y que tiene que entrar sola al cuarto oscuro. El padre, que
hasta ese momento sonreía, se puso serio e insistió. Seria, la presidenta le
dijo que no. Y el padre “explicó” que era menor de edad, que tenía derecho de
entrar, y que podía equivocarse. La presidenta miró a la chica y le dijo que
debía entrar sola. En ese momento, en tono de broma, le dije al padre que este
era el momento en que los hijos cometen errores y los padres dejamos que los
cometan, porque nosotros también nos equivocamos: en cuanto el padre giró para
mirarme, la chica se escurrió y entró al cuarto oscuro. Después, también votó
su padre. Mientras lo hacía, la pobre chica no podía ni mirarnos de la
expresión de vergüenza que le ensombrecía la cara.
Tercera perlita: En otro caso,
una señora salió del cuarto oscuro muy ofuscada y después de introducir su voto
en la urna se quejó porque no se había pegado bien. Se le explicó que no debía
preocuparse puesto que el contenido no se saldría del sobre: ya no había lugar
suficiente en la urna para que pasara. Como insistió en la importancia de que
el sobre estuviese bien cerrado, la presidenta de mesa bromeó respecto de que
nos había hecho un favor para cuando tuviésemos que abrirlos al momento del
conteo de votos: indescriptible el enojo indignado con que preguntó cómo era
que íbamos a abrir los sobres. Ante el estupor de la mesa por su reacción,
tratando de sonar simpática, le pregunté cómo íbamos a poder contar los votos
sin abrir los sobres. Giró sobre su eje protestando porque íbamos a contar los
votos y diciéndonos que se iba a buscar al gendarme… No volvió, claro.
Y el gran chisme del final. Digo
“chisme” para connotarlo graciosamente, pero la verdad es que la situación
me hizo pasar del asombro al enojo, del enojo a la desvalorización, de la
desvalorización a la búsqueda de justificación. Ahora estoy en la etapa de…
¿cómo llamarlo? Creo que “búsqueda de una explicación”.
Resulta que alrededor de las 15
hs, tuvimos unos minutos para relajarnos, justo cuando todos los integrantes de
la mesa sentíamos que íbamos a morir de inanición. Así, mientras comíamos,
tuvimos una breve charla en la que comentamos cosas varias de nuestras vidas.
Entonces, el presidente suplente bromeó sobre el hecho de que al otro día la
presidenta de mesa y yo seguramente íbamos a tener el día libre por ser
docentes, comentando que jornadas como esa “a
uno lo dejan muerto”. Entonces hizo la pregunta crucial: “Para nosotros esto es una carga pública
–dijo refiriéndose a la presidenta y a él- ¿a
ustedes les pagaron por venir?”. Mientras la fiscal de la Lista de
Massa/Pablo De la Torre ponía cara de sorpresa por la pregunta, y la fiscal de
Amadeo/Rico y yo poníamos expresión de indignación presta a la aclaración de
que estábamos ahí por nuestra militancia, la fiscal de la lista de De
Narváez/Zilocchi se apuró a responder que sí: que estaba allí porque le habían
pagado; que una amiga que la había ayudado a conseguir una casa le había pedido
que fuese fiscal como un favor personal, y que cómo iba a negarse si le iban a
pagar. Entonces el caballero, que me dio toda la impresión de que algo de eso
sabía y esperaba desnudarlo frente al resto de los fiscales, nos miró a las
otras tres –que nos habíamos quedado estupefactas, quizás no tanto por lo
revelado, sino por la impunidad con que lo hizo- y repreguntó: “me dijeron que aunque les prometen un
viático, en realidad es una plata jugosa”. Cosa ‘e Mandinga: en ese preciso
momento apareció el Fiscal General de la lista de la susodicha, y –llamativo,
porque ningún fiscal abandonaba la mesa sin dejar a otro a cargo- se la llevó
aparte, donde charlaron un rato. Créase o no, a la vuelta, ya no se habló del
tema pero quedó claro que la bien pagada también
había resultado bien parada: pasó a ser la fiscal mejor atendida de la mesa y
–sospecho- de la escuela y sus alrededores: pidió y le llegaron inmediatamente
dos alfajores, pidió algo caliente y le trajeron al instante mate cocido y té,
y durante el resto de la tarde no dejaron de llegarle cada uno de sus pedidos.
Destaco que, generosamente, le cedió su mate cocido al preguntón que, pudiendo
haberla descolocado, la recolocó. Igual las revelaciones no quedaron allí:
cuando al rato volvió a acercarse su fiscal a preguntarle si quería que la
reemplazara por un rato para que pudiera ir a votar, le contestó que no hacía
falta, porque ella no votaba. Y hasta se dio el gusto de abandonar el recuento
de votos apenas se terminaron los cómputos del espacio para el que fiscalizó la
mesa; aunque por alguna razón rato después tuvo que volver para pedirle a las
autoridades de mesa y al resto de las fiscales que le firmaran su copia del
certificado de escrutinio. Se ve que, a pesar de que ya lo había dado por
hecho, su trabajo no había terminado hasta ese momento.
Mi fastidio, que me vuelve
imprudente, me hizo ensayar un comentario ante la confesión y antes de su
retiro por el fiscal: se ve que les pagan
porque los militantes no les alcanzan, así que no les queda otra que contratar
gente.
Para acceder a los resultados de una mesa: http://www.resultados.gob.ar/paginas/paginaspdf/Itelegramas.htm
Los datos que se van pidiendo constan en el troquel de constancia de votación.
Viviana Taylor