domingo, 18 de diciembre de 2016

La pesada herencia macrista en la CABA que contagia al país: Precarización Laboral


Viviana Taylor

Para muestra vale un botón, reza un viejo dicho popular, ya más viejo que popular.

Por eso esta vez, para abordar un tema que hace al núcleo de la inclusión, me hago eco de un caso que muestra como pocos –dada su claridad- la ausencia de políticas de inclusión laboral, más allá de sus habituales disfraces  meramente discursivos.

La política de inclusión implica un plan de acciones estratégicamente articuladas, y transversales a todos los ámbitos de la vida pública, que garantice la extensión de los mismos derechos a todas las personas. Y para que su cumplimiento sea posible -y efectivamente alcanzable- requiere estrategias de compensación para quienes no parten de las mismas condiciones que los otros.

Como quedará descripto, estas políticas no se han hecho efectivas en la Ciudad de Buenos Aires, por falta de compromiso político del gobierno del PRO. Y por el avance de la precarización laboral desde su asunción en el gobierno nacional (muy particularmente verificable en la provincia de Buenos Aires, donde también gobierna la coalición PRO/Cambiemos en alianza con el massismo) es posible no sólo aventurar que la situación se agravará en todo el país, sino que las personas con discapacidad están en máximo riesgo de pasar de la vulnerabilidad a la exclusión laboral.




LA PRECARIZACIÓN LABORAL DE LA HERENCIA MACRISTA:
Experiencia en primera persona


Hola:
Mi nombre es Natalia Verónica Gulino.
Me dirijo a ustedes con el fin de hacerles llegar mi testimonio y
denuncia. Necesito contarles la situación de precariedad laboral por
la que me encuentro pasando desde hace ya 8 años en el Gobierno de la
Ciudad, en COPIDIS, que es la Comisión de Discapacidad del Ejecutivo
Porteño, siendo aún yo una persona discapacitada. Me pagan menos del
salario mínimo, vital y móvil y año tras año me amenazan con no
renovarme el contrato  y cuando se renuevan los mismos, estoy muchos
meses sin cobrar. También,  me persiguen y hostigan todo el tiempo por
no hacer trabajos partidarios para el PRO.
Tengo 34 años y ya es insostenible seguir de este modo, cuando además,
hay legislación laboral que regula un cupo en el estado que está
reservado para personas con discapacidad. Dicho cupo, tanto en nación
como en ciudad, no son topes, sino mínimos que deben cumplirse y en
casi ningún organismo los cumplen porque no les interesa la
empleabilidad formal de los discapacitados.
Pese a tener buena formación y experiencia, no me valoran y el
maltrato es constante. Me siento muy sola porque son muchos años que
vengo peleando por mi estabilidad laboral, la que es un derecho y no
logro ser escuchada.
Mi reclamo concreto, es el inmediato pase a la planta permanente con
el reconocimiento de la antigüedad acumulada a lo largo de todos estos
años y la actualización salarial.
Les solicito, tengan a bien tomarse un momento para interiorizarse
sobre mi situación, la que necesito visibilizar en los medios masivos
de comunicación. También, les pido, que puedan compartir entre sus
colegas dicho material, así más compañeros pueden tomar conocimiento
de lo que me pasa y darle difusión.
Sé que son tiempos difíciles, pero espero que puedan conocerme y
atender mi caso, dedicándole un espacio en sus programas de radio y TV,
en diarios y portales de internet, así como también, en sus
agrupaciones sociales y de militancia política, de la mejor manera que
lo crean conveniente.